El tratamiento
del embarazo psicológico o pseudociesis es variable y depende del origen y
motivaciones de cada paciente, la intensidad de los síntomas y la personalidad
de la mujer.
La
mayoría de las veces basta con una prueba objetiva para demostrarle que no está
en estado, como por ejemplo, un test de embarazo negativo o una ecosonograma, que
descarta la presencia de estructuras embrionarias. Los resultados de estas
pruebas tienen la particularidad de que no pueden ser falseados y, por tanto,
obligan a aceptar la realidad. Además, se logra que disminuya la tensión de la
paciente y se restablezca el equilibrio en su organismo, es decir, cesan la distensión abdominal y los mareos, y se vuelve a
tener el periodo.
Después,
lo más conveniente es buscar ayuda psicológica, más que para tratar
el embarazo psicológico en sí, para indagar en el origen del problema:
dificultades afectivas, la incapacidad para aceptar la posibilidad o la
dificultad de ser madre, imposibilidad para hablar de estos conflictos,
exagerada presión de la pareja…
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Actualizado:
5 de Noviembre de 2015
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